La cerveza es uno de los productos más antiguos de la civilización. Los historiadores creen que existe desde el año 10.000 A.C.En la antigüedad, los chinos elaboraban cerveza llamada “Kiu” utilizando: cebada, trigo, espelta, mijo y arroz. Mientras que las civilizaciones precolombinas de América utilizaban maíz en lugar de cebada. De manera similar, en la antigua Britania se elaboraba cerveza a base de trigo malteado antes de que los romanos introdujeran la cebada.
Los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar en agua. La llamaban “zythum“ que significa vino de cebada.
En la Edad Media, fue en Bélgica, en donde los monjes refinaron el proceso prácticamente hasta la perfección e institucionalizaron el uso del lúpulo, planta cannabácea que confiere a la cerveza su característico sabor amargo a la vez que favorece la conservación. En los países nórdicos con climas muy fríos como Alemania o Inglaterra, la cebada se cultiva mejor que la uva, por lo que la producción de cerveza era mejor que la del vino, convirtiéndose éstas regiones en grandes productoras de cervezas.
La cerveza artesanal es más atractiva en el sabor y en la presentación. Cada maestro cervecero elabora su propia receta ya que la tratamos como si fuera nuestra creación personal a la que debemos tratar con mucha delicadeza y responsabilidad pues será degustada por gente a la cual conocemos personalmente en muchos casos. De alguna forma los pequeños productores artesanales de hoy somos los continuadores de aquellos maestros antiguos que, sin tantos medios técnicos e industriales eran capaces de elaborar una cerveza de gran calidad, original, auténtica y saludable.